segunda-feira, 2 de abril de 2012

Niñas barbie

Posted on marzo 26, 2012 by blogfamiliaactual
¡Parece una muñeca! ¡Es toda un muñequita! Son expresiones que solemos utilizar para expresar que una niña o una adolescente es muy guapa, fina y delicada, como si el ideal de belleza fuera el de una Barbie perfecta: ojos enormes, nariz y boca pequeña, aunque carnosa, piel de porcelana y piernas largas y delgadas. A menudo, el piropo de los piropos es el lacónico ¡Muñeca!
No es de extrañar, pues, que algunas niñas y adolescentes, cada vez en mayor número, quieran convertirse en muñecas. Para ello, llevan su cuerpo al límite: se exigen una absoluta delgadez y una piel perfecta. El ideal al que aspiran les obliga a tunear sus cuerpos: maquillajes extremos, pelucas artificiosas, vestiditos para la ocasión, lentillas especiales, enormes pestañas postizas y todo tipo de trucos ergonómicos con tal de parecer auténticas muñecas de carne y hueso.
Muchas de esas niñas barbie tienen página en Internet o se exhiben por Youtube, dan consejos a otras niñas para que sigan sus pasos, esos pasitos mecánicos que no llevan a ninguna parte y que sólo paran cuando se acaban las pilas. Bueno, sí que llevan a alguna parte: a la sexualización temprana y al exhibicionismo, a convertirlas en “golosinas sexuales” para pederastas.
Esas barbies humanas viven como muñecas, actúan como muñecas y tienen nombres de muñecas: Kotakoti, Venus Angelic, Chia, Ny Enya, Neko Niapi, Piggy Pink. Dakota Rose (Kotakoti), una adolescente americana, parece ser la pionera de todas ellas. Sus vídeos en Youtube, donde explica, voz en off, los trucos para convertirse en una muñeca, se acercan al medio millón de visitas. No es una muñeca hiperrealista, sino una chica de unos dieciséis años que quiere hacer realidad una belleza de fantasía y que está arrasando en las redes sociales.
Las primeras imitadoras han surgido con mucha fuerza en Asia, quizá porque ese tipo de metamorfosis acerca a las niñas y adolescentes niponas o surcoreanas a la estética manga. Da la sensación de que uno de los objetivos de muchas chicas asiáticas es parecerse al máximo a un dibujo manga.
¿Qué tiene una muñeca, qué tiene el manga, para convertirse en modelo para los niños y adolescentes? Que son una representación de la fantasía, donde tiene vetada la entrada la cruda realidad.
Las niñas ya no quieren ser princesas (quizá tenía razón Sabina); ahora quieren que las confundan con muñecas o dibujos animados. Lo más grave es que muchas de ellas cuentan con el beneplácito de sus madres, como Sarah Burge, la llamada Barbie humana, quien regaló a su hija de siete años sendos cheques para que se aumentara los pechos y se hiciera una liposucción (abc).
Como tantas veces, no podemos exigir a nuestros hijos que sean más maduros que nosotros mismos. Detrás de una niña barbie quizá haya una madre que ha pretendido completar su colección de muñecas con su propia hija

Sem comentários:

Enviar um comentário